V.B. Anglada ~
Humildad y Serena Expectación
“…no puede haber humildad sin atención, sin expectación.”
Una de las prácticas asiduas del Ashrama en este orden de cosas, es la técnica de la contemplación. El Maestro la define “técnica sagrada de contacto” y su expresión más concreta, la que se halla en la base de muchas vidas humanas, místicas, filosóficas y esotéricas, la define “serena expectación”, siendo sus fases iniciales, en lo que al común de los aspirantes se refiere, la práctica del silencio; silencio de palabras, silencio de deseos y silencio de pensamientos.
Así, la base de un Misterio descansa siempre en las normas clásicas de purificación; sencillez de mente, pureza de corazón, humildad sincera, humanidad exquisita. No tienen mucho valor en este sentido los grandes alardes intelectuales o técnicas de ciertas mentes que el vulgo considera “privilegiadas”, o las grandes posesiones materiales cuyo poder se disputan la mayoría de los hombres.
Todo el mundo pierde con la espectacularidad de los resultados y, no obstante, el resultado se produce cuando hay humildad, y sólo hay humildad cuando hay expectación, y sólo hay expectación cuando hay este gran amor por la verdad, y, entonces, se produce una síntesis de nuestro ser, y vemos que todo cuanto nos rodea tiene una amabilidad extrema, hay una sensibilidad por doquier, y vemos a Dios en todas las cosas, y aquello no es una afirmación bíblica, ni tampoco evangélica, ni tampoco esotérica, es algo que vivimos más allá del conocimiento. Y la persona que experimenta un momento de paz, nacida de esta conciencia de síntesis, se encuentra entonces ante una perspectiva sin limitaciones, sin metas preconcebidas, sin puntos de partida y sin puntos de llegada, como el eterno ahora que está sucediéndose aquí.
Existe indudablemente en todos los grupos, como aquí mismo, una jerarquía natural impuesta por la ley, no por el hombre, entonces, los componentes del grupo, si tienen conciencia de grupo, o tratan de tenerla, tendrán que estar muy serenamente expectantes, no esperando ser el primero sino para ser el último, y entonces crecerá en humildad, lo cual significa que está adquiriendo el máximo poder de la Jerarquía aquí en la Tierra , la humildad y, entonces, el grupo, sin necesidad de líderes seguirá un impulso, en la serena expectación se abrirán los cauces de la conciencia de los integrantes del grupo, y cada cual será líder y al propio tiempo un miembro responsable del grupo, ¿se dan cuenta? Dentro de la Iglesia del Señor todos somos sacerdotes, no lo olviden, no se trata de ser más que el otro, el que va delante, el que la gente contempla, si precisamente lo que menos contempla el Maestro es el que surge, sino el que como la pequeña y delicada violeta está escondida siempre en sus hojas.
Bueno, esto es parte solamente de lo que hay que entender por conciencia de grupo. Existe un tercer aspecto muy importante que es la conexión espiritual de los miembros del grupo. Si están serenamente expectantes habrá una unificación del grupo y como resultado se nos formará un “cáliz", esotéricamente, viendo las cosas a través de la clarividencia mental, cuando un grupo se está integrando y dentro de este grupo no hay tensiones, se está formando un cáliz, y dentro del cáliz la Hostia Sagrada , que es lo que trata de representar el misterio de la Iglesia , la misa, la comunión, lo que está tratando de revelar el sacerdote, que nunca revela, porque es un ornamento material, y no existe fuerza espiritual todavía para que aquella copa se llene del Santo Grial de la conciencia divina. Entonces, la humildad, la comprensión, el amor del grupo, el abrir las compuertas de la mente al devenir moldeador de las fuerzas divinas es lo que cualifica el misterio integrante de un grupo esotérico, nada más que esto. Yo creo que esto lo sabemos siquiera intuitivamente, pero hay que comprenderlo con toda la intensidad de nuestro ser, o si no fracasaremos, y un fracaso en el discípulo tarda muchos años en recuperarse, la única manera de no caer en el orgullo espiritual es a través de la humildad, la humildad es lo más difícil de alcanzar ¿verdad?, porque ninguno es humilde, todo el mundo está autosatisfecho, tan autosatisfecho que pierde de vista las necesidades de los demás y, entonces, queda completamente parado en el río de los sentimientos humanos, sin posibilidad de ponerse en contacto con el Maestro y, por lo tanto, con la propia Jerarquía, o con Shamballa.
…porque el Maestro puede venir a nosotros en cualquier momento, no se trata de la invocación del ser humano rogando para que venga el Maestro y le ayude o que le inspire o que le permita contemplar su faz, esto son niñerías desde el ángulo de vista del discipulado. El discipulado en su totalidad se mantiene firme y expectantemente, no es él que busca al Maestro, es el Maestro el que le busca a él, porque ve los resplandores de su aura, porque le ve infundido de luz, responsabilidad y humildad, y esto crea dentro del aura del discípulo una brillantez, una fuerza ígnea que se transmite a su ambiente circundante, que está creando situaciones de emergencia, podríamos decir, a su inmediato alrededor, creando perturbaciones, si ustedes aceptan esta palabra, en los ambientes profesionales, familiares o sociales, porque se trata de una fuerza de fuego que irradia a través de sí, y cuando empieza la irradiación de esta fuerza y cuando surge la luz en la cabeza del discípulo, cuando aquel conglomerado magnético ha quedado como una aureola en el centro Sahasrara del discípulo, entonces el Maestro ve a su discípulo.
No tiene que preocuparse el discípulo, como no tiene que preocuparse por su campo de servicio, todo está unificado en la voluntad de la Jerarquía a través de aquel discípulo. Y no pretendo decir con esto que el discípulo deba acatar todas las órdenes que le vengan del Maestro o de Shamballa, sino que en la propia atención surge de sí una inteligencia superior que le permite valorar exactamente lo que son las cosas y los acontecimientos, los hechos, las ocurrencias de cada día, se da cuenta en un instante de comprensión de aquello que tiene que hacer, no viene impuesto ni por el Maestro, ni por la Jerarquía , sino por su propia voluntad.
Esta es la fuerza de la que estoy hablando, es el dinamismo que existe dentro del corazón humano cuando serenamente expectante no quiere nada para sí, se ofrece para el grupo. Este es el mensaje para el discípulo de la Nueva Era , y seguramente de todas las eras posteriores. Aunque en el pasado el Maestro podía imprimir una férrea disciplina en la vida del discípulo y un acatamiento a su voluntad, hoy la evolución de la mente y del corazón de los discípulos exige otras formulaciones y otros sistemas de entrenamiento, así surge el conocimiento que va adquiriendo el discípulo sobre la magia organizada o la magia de la creación, y entonces, conociendo todos los datos, todos los resortes y todas las notas, es cuando puede empezar a crear a voluntad, a igual que crea Dios, su creador.
Pero, no es lo mismo estar impresionado por un grupo de ángeles, que siempre serán de nuestra propia categoría, que estar impresionado por la fuerza mística de la Jerarquía , la cual enviará a sus ángeles más oportunos, los ángeles que realmente imprimirán un verdadero camino esotérico a los miembros del grupo, que cuidarán solícitamente a aquel que está preparado para una misión en grupo, que asistirán dentro de las meditaciones de grupo, que participarán de la voluntad del Maestro en el grupo, que serán humildes, y vamos siempre a lo mismo, y no puede haber humildad sin atención, sin expectación, con sinceridad, darse cuenta de lo que uno es y representa, y no querer aparentar algo que no es, porque la mayoría de personas se presentan con el ropaje de lo espectacular, y que son como aquella sepultura blanqueada por fuera y llena de podredumbre y de muerte por dentro.
A esto me refiero al hablar de sinceridad, hay que mostrarse uno tal cual es, para qué buscar sustitutivos de la acción psicológica si esta acción psicológica se está manifestando, trasluciendo a través del aura magnética e influyendo en el grupo, participando en todo cuanto constituye el aura social que nos rodea. Tenemos una gran responsabilidad como miembros del grupo, y si no lo hacemos el grupo se extinguirá, será una reunión de personas juntas pero no unidas.
Podemos juntar en un estadio de fútbol o en una plaza de toros mucha gente, están juntas y no están unidas, ¿verdad? Solamente hay unidad en los grupos esotéricos correctos o en los ashramas de la Jerarquía. Pero , si el Maestro ve la radiación magnética y la luz en la cabeza de cualquier discípulo en probación, seguramente que lo admitirá en su ashrama, y después de cierto tiempo de observación y de cuidados internos, que solamente puede hacer la solicitud el Maestro, este discípulo podrá ser aceptado a un grado mayor dentro del ashrama, y entonces empezará para él una serie de entrenamientos, de conocimientos, de hechos y circunstancias en su vida que ya jamás hubiese soñado, está bajo la protección del Maestro, y siguiendo con la protección del Maestro que nunca le obliga, ni le exige un respecto ni devoción, sino que sabe que el discípulo comprende y ama a su Maestro por ley de la jerarquía y no por la ley humana, entonces, lo va acercando cada vez más y más a su corazón, hasta que la conciencia del Maestro y la del discípulo son la misma conciencia; piensa el Maestro y su pensamiento repercute en la mente del discípulo, siente el Maestro y este sentimiento repercute en la sensibilidad del discípulo, están unificados y entonces viene la iniciación, entonces el Maestro solicita del gran Hierofante iniciador del planeta que admita a aquel candidato para ser iniciado.
Les relaté en páginas anteriores mi primer contacto directo con el Maestro, acompañado de R..., un Iniciado hindú muy probado desde siglos en el trabajo jerárquico. Les he narrado también de manera sencilla y sin aparato técnico alguno cómo un ser humano con aspiraciones espirituales, sinceras y humildes, va polarizándose en conciencia desde los niveles astrales –donde suelen tener lugar la mayor parte de las experiencias psíquicas– hasta los niveles espirituales más elevados en donde se perfila muy claro y definido el Sendero iniciático que ha de convertir al ser humano en un Miembro consciente de la Gran Fraternidad Blanca del planeta, marcado para siempre por el inconfundible sello de las influencias cósmicas trascendentes.
El recorrer de este inefable Sendero, la estabilización natural del ser en estados de conciencia no comunes y por tanto solitarios e incomprendidos por la inmensa mayoría de las gentes y la propia experiencia iniciática..., son etapas espirituales de un orden muy elevado, significativo y valioso para poder ser afrontadas sin ayuda por parte del discípulo espiritual. La conciencia del corazón latiendo ocultamente en la sintonía del corazón del Maestro, la seguridad de Su Presencia en momentos decisivos y trascendentes y la inspiración recibida en instantes cumbres de indescriptible expectación mental, hacen posible que la labor del discípulo pueda realizarse con plena seguridad y confianza...
Ahora bien, la opción que se presenta al aspirante espiritual que ha decidido vivir expectantemente, orientado realmente hacia la vida social, es cómo comportarse, o si hay un sistema de comportamiento, o si hay una disciplina que le induzca a cierta acción más o menos matizada dentro de este orden social. Yo diría que a medida que vamos siendo expectantes, que (lo) vamos (logrando), (a medida que) vivimos observando muy profundamente todo cuanto ocurre, es cuando realmente somos sociales, porque dentro de la sociedad existe el conflicto de los opuestos, o el conflicto de los distintos Rayos, o el conflicto de las distintas tendencias dentro de la propia vida social, y dentro de estas fricciones deberemos permanecer incólumes, deberemos permanecer silenciosamente expectantes, sin reacciones de tipo psicológico que tiendan hacia la auto glorificación del ser, o del sentirnos alguien en el mundo de los hombres, y siendo humildes.
Pero, claro, como todo esto constituye parte de lo que hemos aprendido durante siglos no le damos mucha importancia, es decir, que habrá que partir de cero, aprender que nuestra vida social tenga un sentido, un sentido espiritual, naturalmente. Un sentido dentro del cual la amabilidad, por decirlo de alguna manera, reemplace este sentido agresivo que tenemos siempre, permanentemente dentro en el corazón, porque venir aquí a discurrir sobre Agni Yoga puede ser intelectivo también, pero, si aprendemos a vivir amablemente, considerando al otro más que a nosotros mismos, si vamos prescindiendo progresivamente de la pequeña personalidad y dejamos que sea el Alma la que se exprese en nuestra vida, ya que tal es el misterio implícito en el Agni Yoga, entonces, seremos entidades realmente sociales, que iremos penetrando en el augusto misterio del 5º Reino de la Naturaleza.
Por Vicente Beltrán Anglada
“…no puede haber humildad sin atención, sin expectación.”
Una de las prácticas asiduas del Ashrama en este orden de cosas, es la técnica de la contemplación. El Maestro la define “técnica sagrada de contacto” y su expresión más concreta, la que se halla en la base de muchas vidas humanas, místicas, filosóficas y esotéricas, la define “serena expectación”, siendo sus fases iniciales, en lo que al común de los aspirantes se refiere, la práctica del silencio; silencio de palabras, silencio de deseos y silencio de pensamientos.
Así, la base de un Misterio descansa siempre en las normas clásicas de purificación; sencillez de mente, pureza de corazón, humildad sincera, humanidad exquisita. No tienen mucho valor en este sentido los grandes alardes intelectuales o técnicas de ciertas mentes que el vulgo considera “privilegiadas”, o las grandes posesiones materiales cuyo poder se disputan la mayoría de los hombres.
Todo el mundo pierde con la espectacularidad de los resultados y, no obstante, el resultado se produce cuando hay humildad, y sólo hay humildad cuando hay expectación, y sólo hay expectación cuando hay este gran amor por la verdad, y, entonces, se produce una síntesis de nuestro ser, y vemos que todo cuanto nos rodea tiene una amabilidad extrema, hay una sensibilidad por doquier, y vemos a Dios en todas las cosas, y aquello no es una afirmación bíblica, ni tampoco evangélica, ni tampoco esotérica, es algo que vivimos más allá del conocimiento. Y la persona que experimenta un momento de paz, nacida de esta conciencia de síntesis, se encuentra entonces ante una perspectiva sin limitaciones, sin metas preconcebidas, sin puntos de partida y sin puntos de llegada, como el eterno ahora que está sucediéndose aquí.
Existe indudablemente en todos los grupos, como aquí mismo, una jerarquía natural impuesta por la ley, no por el hombre, entonces, los componentes del grupo, si tienen conciencia de grupo, o tratan de tenerla, tendrán que estar muy serenamente expectantes, no esperando ser el primero sino para ser el último, y entonces crecerá en humildad, lo cual significa que está adquiriendo el máximo poder de la Jerarquía aquí en la Tierra , la humildad y, entonces, el grupo, sin necesidad de líderes seguirá un impulso, en la serena expectación se abrirán los cauces de la conciencia de los integrantes del grupo, y cada cual será líder y al propio tiempo un miembro responsable del grupo, ¿se dan cuenta? Dentro de la Iglesia del Señor todos somos sacerdotes, no lo olviden, no se trata de ser más que el otro, el que va delante, el que la gente contempla, si precisamente lo que menos contempla el Maestro es el que surge, sino el que como la pequeña y delicada violeta está escondida siempre en sus hojas.
Bueno, esto es parte solamente de lo que hay que entender por conciencia de grupo. Existe un tercer aspecto muy importante que es la conexión espiritual de los miembros del grupo. Si están serenamente expectantes habrá una unificación del grupo y como resultado se nos formará un “cáliz", esotéricamente, viendo las cosas a través de la clarividencia mental, cuando un grupo se está integrando y dentro de este grupo no hay tensiones, se está formando un cáliz, y dentro del cáliz la Hostia Sagrada , que es lo que trata de representar el misterio de la Iglesia , la misa, la comunión, lo que está tratando de revelar el sacerdote, que nunca revela, porque es un ornamento material, y no existe fuerza espiritual todavía para que aquella copa se llene del Santo Grial de la conciencia divina. Entonces, la humildad, la comprensión, el amor del grupo, el abrir las compuertas de la mente al devenir moldeador de las fuerzas divinas es lo que cualifica el misterio integrante de un grupo esotérico, nada más que esto. Yo creo que esto lo sabemos siquiera intuitivamente, pero hay que comprenderlo con toda la intensidad de nuestro ser, o si no fracasaremos, y un fracaso en el discípulo tarda muchos años en recuperarse, la única manera de no caer en el orgullo espiritual es a través de la humildad, la humildad es lo más difícil de alcanzar ¿verdad?, porque ninguno es humilde, todo el mundo está autosatisfecho, tan autosatisfecho que pierde de vista las necesidades de los demás y, entonces, queda completamente parado en el río de los sentimientos humanos, sin posibilidad de ponerse en contacto con el Maestro y, por lo tanto, con la propia Jerarquía, o con Shamballa.
…porque el Maestro puede venir a nosotros en cualquier momento, no se trata de la invocación del ser humano rogando para que venga el Maestro y le ayude o que le inspire o que le permita contemplar su faz, esto son niñerías desde el ángulo de vista del discipulado. El discipulado en su totalidad se mantiene firme y expectantemente, no es él que busca al Maestro, es el Maestro el que le busca a él, porque ve los resplandores de su aura, porque le ve infundido de luz, responsabilidad y humildad, y esto crea dentro del aura del discípulo una brillantez, una fuerza ígnea que se transmite a su ambiente circundante, que está creando situaciones de emergencia, podríamos decir, a su inmediato alrededor, creando perturbaciones, si ustedes aceptan esta palabra, en los ambientes profesionales, familiares o sociales, porque se trata de una fuerza de fuego que irradia a través de sí, y cuando empieza la irradiación de esta fuerza y cuando surge la luz en la cabeza del discípulo, cuando aquel conglomerado magnético ha quedado como una aureola en el centro Sahasrara del discípulo, entonces el Maestro ve a su discípulo.
No tiene que preocuparse el discípulo, como no tiene que preocuparse por su campo de servicio, todo está unificado en la voluntad de la Jerarquía a través de aquel discípulo. Y no pretendo decir con esto que el discípulo deba acatar todas las órdenes que le vengan del Maestro o de Shamballa, sino que en la propia atención surge de sí una inteligencia superior que le permite valorar exactamente lo que son las cosas y los acontecimientos, los hechos, las ocurrencias de cada día, se da cuenta en un instante de comprensión de aquello que tiene que hacer, no viene impuesto ni por el Maestro, ni por la Jerarquía , sino por su propia voluntad.
Esta es la fuerza de la que estoy hablando, es el dinamismo que existe dentro del corazón humano cuando serenamente expectante no quiere nada para sí, se ofrece para el grupo. Este es el mensaje para el discípulo de la Nueva Era , y seguramente de todas las eras posteriores. Aunque en el pasado el Maestro podía imprimir una férrea disciplina en la vida del discípulo y un acatamiento a su voluntad, hoy la evolución de la mente y del corazón de los discípulos exige otras formulaciones y otros sistemas de entrenamiento, así surge el conocimiento que va adquiriendo el discípulo sobre la magia organizada o la magia de la creación, y entonces, conociendo todos los datos, todos los resortes y todas las notas, es cuando puede empezar a crear a voluntad, a igual que crea Dios, su creador.
Pero, no es lo mismo estar impresionado por un grupo de ángeles, que siempre serán de nuestra propia categoría, que estar impresionado por la fuerza mística de la Jerarquía , la cual enviará a sus ángeles más oportunos, los ángeles que realmente imprimirán un verdadero camino esotérico a los miembros del grupo, que cuidarán solícitamente a aquel que está preparado para una misión en grupo, que asistirán dentro de las meditaciones de grupo, que participarán de la voluntad del Maestro en el grupo, que serán humildes, y vamos siempre a lo mismo, y no puede haber humildad sin atención, sin expectación, con sinceridad, darse cuenta de lo que uno es y representa, y no querer aparentar algo que no es, porque la mayoría de personas se presentan con el ropaje de lo espectacular, y que son como aquella sepultura blanqueada por fuera y llena de podredumbre y de muerte por dentro.
A esto me refiero al hablar de sinceridad, hay que mostrarse uno tal cual es, para qué buscar sustitutivos de la acción psicológica si esta acción psicológica se está manifestando, trasluciendo a través del aura magnética e influyendo en el grupo, participando en todo cuanto constituye el aura social que nos rodea. Tenemos una gran responsabilidad como miembros del grupo, y si no lo hacemos el grupo se extinguirá, será una reunión de personas juntas pero no unidas.
Podemos juntar en un estadio de fútbol o en una plaza de toros mucha gente, están juntas y no están unidas, ¿verdad? Solamente hay unidad en los grupos esotéricos correctos o en los ashramas de la Jerarquía. Pero , si el Maestro ve la radiación magnética y la luz en la cabeza de cualquier discípulo en probación, seguramente que lo admitirá en su ashrama, y después de cierto tiempo de observación y de cuidados internos, que solamente puede hacer la solicitud el Maestro, este discípulo podrá ser aceptado a un grado mayor dentro del ashrama, y entonces empezará para él una serie de entrenamientos, de conocimientos, de hechos y circunstancias en su vida que ya jamás hubiese soñado, está bajo la protección del Maestro, y siguiendo con la protección del Maestro que nunca le obliga, ni le exige un respecto ni devoción, sino que sabe que el discípulo comprende y ama a su Maestro por ley de la jerarquía y no por la ley humana, entonces, lo va acercando cada vez más y más a su corazón, hasta que la conciencia del Maestro y la del discípulo son la misma conciencia; piensa el Maestro y su pensamiento repercute en la mente del discípulo, siente el Maestro y este sentimiento repercute en la sensibilidad del discípulo, están unificados y entonces viene la iniciación, entonces el Maestro solicita del gran Hierofante iniciador del planeta que admita a aquel candidato para ser iniciado.
Les relaté en páginas anteriores mi primer contacto directo con el Maestro, acompañado de R..., un Iniciado hindú muy probado desde siglos en el trabajo jerárquico. Les he narrado también de manera sencilla y sin aparato técnico alguno cómo un ser humano con aspiraciones espirituales, sinceras y humildes, va polarizándose en conciencia desde los niveles astrales –donde suelen tener lugar la mayor parte de las experiencias psíquicas– hasta los niveles espirituales más elevados en donde se perfila muy claro y definido el Sendero iniciático que ha de convertir al ser humano en un Miembro consciente de la Gran Fraternidad Blanca del planeta, marcado para siempre por el inconfundible sello de las influencias cósmicas trascendentes.
El recorrer de este inefable Sendero, la estabilización natural del ser en estados de conciencia no comunes y por tanto solitarios e incomprendidos por la inmensa mayoría de las gentes y la propia experiencia iniciática..., son etapas espirituales de un orden muy elevado, significativo y valioso para poder ser afrontadas sin ayuda por parte del discípulo espiritual. La conciencia del corazón latiendo ocultamente en la sintonía del corazón del Maestro, la seguridad de Su Presencia en momentos decisivos y trascendentes y la inspiración recibida en instantes cumbres de indescriptible expectación mental, hacen posible que la labor del discípulo pueda realizarse con plena seguridad y confianza...
Ahora bien, la opción que se presenta al aspirante espiritual que ha decidido vivir expectantemente, orientado realmente hacia la vida social, es cómo comportarse, o si hay un sistema de comportamiento, o si hay una disciplina que le induzca a cierta acción más o menos matizada dentro de este orden social. Yo diría que a medida que vamos siendo expectantes, que (lo) vamos (logrando), (a medida que) vivimos observando muy profundamente todo cuanto ocurre, es cuando realmente somos sociales, porque dentro de la sociedad existe el conflicto de los opuestos, o el conflicto de los distintos Rayos, o el conflicto de las distintas tendencias dentro de la propia vida social, y dentro de estas fricciones deberemos permanecer incólumes, deberemos permanecer silenciosamente expectantes, sin reacciones de tipo psicológico que tiendan hacia la auto glorificación del ser, o del sentirnos alguien en el mundo de los hombres, y siendo humildes.
Pero, claro, como todo esto constituye parte de lo que hemos aprendido durante siglos no le damos mucha importancia, es decir, que habrá que partir de cero, aprender que nuestra vida social tenga un sentido, un sentido espiritual, naturalmente. Un sentido dentro del cual la amabilidad, por decirlo de alguna manera, reemplace este sentido agresivo que tenemos siempre, permanentemente dentro en el corazón, porque venir aquí a discurrir sobre Agni Yoga puede ser intelectivo también, pero, si aprendemos a vivir amablemente, considerando al otro más que a nosotros mismos, si vamos prescindiendo progresivamente de la pequeña personalidad y dejamos que sea el Alma la que se exprese en nuestra vida, ya que tal es el misterio implícito en el Agni Yoga, entonces, seremos entidades realmente sociales, que iremos penetrando en el augusto misterio del 5º Reino de la Naturaleza.
Por Vicente Beltrán Anglada
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